La tecnología es simplemente una herramienta. El ser humano es el -¿porqué?- y los robots y la inteligencia artificial el -¿cómo?-.
Una acertada reflexión de Marc Vidal que encontraréis en https://www.marcvidal.net/blog/2017/7/5/el-ser-humano-es-el-porqu-la-tecnologa-el-cmo un post en el que propone que debemos dejar de preocuparnos de lo que puede ocurrir a largo plazo para centrarnos en lo que va a ser de nosotros y de nuestras vidas en los próximos 3/5 años. Y ello puede supone que debamos de deja de dar prioridad a temas como: el fin del trabajo, la posibilidad de que la inteligencia artificial sustituya a la humana, o la inmortalidad……. para centrar todos los esfuerzos en aquello que tenemos delante de nuestras narices y sobre los que si debemos y podemos dar respuesta tanto a nivel individual como social porqué con ellos nos jugamos, sin duda, el futuro de nuestra especie.
A menudo “nos estamos preocupando de algo que sucederá en siglos si es que sucede. No nos preocupamos del planeta que le vamos a dejar a nuestros hijos y nos ponemos tensos con algo que no tenemos ni idea de cuándo va a pasar. Los robots no tendrán conciencia nunca y lo que llamamos inteligencia artificial no es más que un montón de circuitos aprendiendo de la ejecución de rutinas en un complejo sistema experto. No (tiene ningún sentido) establecer la relación entre ese modelo de razonamiento tecnológico y lo que hacemos los seres humanos”.
Recordemos que los especialistas advierten que estamos todavía muy lejos para que determinadas cosas que vemos en la ciencia ficción ocurran, aunque algunas de ellas sean un posibilidad remota a largo plazo.
Cómo en muchos otros aspectos de la vida, todos debemos aprender a separar el grano de la paja. Lo que parece perfectamente constatable es que aunque hay cosas que tardarán –si finalmente ocurren- mucho tiempo en producirse ello no ha de ser óbice para que los cambios que estamos viviendo sean muy relevantes. Y de ello se deriva la necesidad de prepararnos para conseguir adaptarnos a una nueva realidad que además va a producirse con una velocidad endiablada. Cómo he expresado recientemente en el post http://pauhortal.net/blog/?s=perder+el+tren debemos hacer todo los posible para evitar perdernos en este proceso de adaptación, porqué es probable que si lo perdemos ya no exista la posibilidad de reenganche. Debemos prepararnos desde todos los ámbitos (individual, organizativo, social y político) para ello. Y esta falta de preparación (a nivel colectivo) sí que resulta relevante, es de alto riesgo y debería de preocuparnos.
Todos (individuos, profesionales, directivos y organizaciones) debemos ser capaces de adaptarnos a estas nuevas realidades y explorar su –hoja de ruta- para los próximos 3/5 años. “Ir más allá, hablar de la inmortalidad del ser humano, de bodas entre robots y personas o de un futuro parecido a una película de ciencia ficción no es una buena apuesta. El miedo paraliza. Debemos ser capaces de separar lo relevante y posible de lo que no es, aunque si debamos prepararnos para gestionar y gestionarnos dentro de este proceso de cambio.
Y no olvidar, en todo caso, que una de nuestras mayores cualidades y habilidades como seres humanos, y la clave de nuestro éxito como especie, no es otra que la resultante de nuestra capacidad de adaptación.
“Un cajero automático es un robot. No hacemos pelis de cajeros automáticos porque no es ‘cool’. (Son más interesantes y rentables las que tratan) sobre androides que llegan a tomar conciencia de su existencia y deciden, de un día para otro, liberarse de su condición de esclavos y tomar las riendas de su vida infinita”. Algo que es probablemente sólo un reflejo de lo que denominamos ciencia ficción.
Lo que no es ciencia ficción y ocurrirá, probablemente, en los próximos 3/5 años es la aparición, en nuestro entorno vital, de realidades que chocarán con nuestros modos de vida tradicionales. Una de ellas es la derivada de la convivencia con máquinas (chatbots) con capacidad para simular nuestro lenguaje e interrelacionar con nosotros o con robots que ejecutarán trabajos de carácter repetitivo. Nos hemos convertido en seres muy exigentes que demandaremos servicios rápidos, eficientes y baratos. “La hibridación entre hombres y máquinas (no será tan rápida pero seguramente) será menos romántica y cinematográfica de lo que nos muestran” lo que nos va a exigir utilizar, una vez más, nuestra capacidad de adaptación y nos llevará a afrontar, explorar y vivir nuevas realidades que, sin duda, también sabremos superar.
Un proceso que ni puede ser (ni probablemente será) tan rápido como puede incluso llegar a parecer. Una línea de pensamiento que incluso es compartida por Enrique Dans, por ejemplo en https://www.enriquedans.com/2018/01/la-invasion-de-los-robots-ya-esta-aqui.html, con el planteamiento siguiente “Volviendo al tema: ¿estamos hablando ya de robots que, con cierta normalidad, se mueven entre nosotros, nos traen productos o interaccionan con humanos de una manera normal y cotidiana? Sinceramente, creo que no. Ni cotidiano, ni siquiera, por el momento, económicamente convincente. ¿Llegará la invasión robótica? Sin duda. ¿Serán los robots capaces de hacer muchas de las cosas que hoy en día hacen trabajadores humanos, y nos relacionaremos con ellos con total normalidad? Posiblemente también. ¿Ocurrirá pronto? Visto lo visto, lo dudo”.
Reconozcamos que una cosa es la ciencia ficción y otra la realidad. Si conseguimos superar los otros retos que tenemos como especie (desde el cambio climático al impacto de los fanatismos religiosos etc) es muy probable que también superemos el que nos impone la transformación digital gracias a la capacidad de adaptación que es una de las claves del desarrollo de nuestra especie. Dicho esto recordemos que el futuro no esta escrito y que fundamentalmente depende de nuestra voluntad.
Seamos conscientes que como seres humanos somos los únicos capaces de contestar al ¿porqué?, y ello a pesar de que cada día dispongamos de mayores desarrollos tecnológicos para el ¿cómo?.