1.- ¿ Es el Big Data en evaluación de personas una revolución como parece?
Lo que ahora se ha denominado BigData es en cualquier caso una evolución más que una revolución, en casi todos los campos. Si bien en algunos la automatización es ciertamente revolucionaria, por ej. conducción autónoma, en prácticamente todos los demás la tecnología sirve para los mismos objetivos que anteriormente. La tecnología es más barata, rápida, pero en gran medida con los mismos objetivos y procesos. Insisto, el avance ya lo estamos viendo en la automatización de procesos existentes.
2.- ¿Qué ocupaciones quedarán obsoletas y cuáles se verán impulsadas por el Big Data?
Me gustaría decir que los «demiurgos» desaparecerán. En general todas las opiniones, decisiones, que no estén basadas en datos están abocadas a la desaparición. Por otro lado, las tareas repetitivas y sencillas ya pueden ser automatizadas con eficacia y conveniencia. Filtrar información, resumir, incluso entrevistar, ya puede ser realizado y pre-procesado por sistemas automáticos. Sin embargo, la tecnología dista mucho de ser totalmente autónoma, y probablemente tardará mucho en serlo, y harán falta expertos en su desarrollo adecuado, calibración y puesta en marcha.
3.- ¿El criterio de calidad de servicio será que el que más datos tenga es mejor o habrá otras variables?
La clave siempre es la calidad de los datos y no su cantidad. Dicho esto, estamos viendo unos desarrollos extraordinarios en la fusión de múltiples fuentes de datos y los ganadores serán los que mejor consigan combinar datos muy heterogéneos con la máxima calidad para diferentes contextos.
4.- ¿Cómo se presenta el sistema educativo y laboral español ante los retos del futuro en este sentido?
Aunque lentamente, estamos viendo muchos posgrados en BigData pero mayoritariamente orientados a áreas en las que estas metodologías están bien establecidas, como la inteligencia de negocio, o incluso medicina. Creo que el presente es ya altamente multidisciplinar y hay que evitar los «cajoncitos académicos». Quizás por eso no veo tanto avance en recursos humanos o el campo psicopedagógico.
5.- ¿Podrán convivir los métodos de evaluación clásicos con la llegada de los algoritmos?
Insisto en la idea de evolución más que revolución. Por ejemplo la medida de personalidad ya se puede realizar con eficacia con procesos automáticos, pero los constructos que se manejan son los mismos. Creo que con estas nuevas tecnologías y metodologías seremos capaces de medir constructos complejos y esquivos, de más alto nivel, como el comportamiento ante el riesgo y la toma de decisiones, por poner un ejemplo. No me atrevo a pronosticar el fin de los métodos estrictamente cualitativos, pero creo, y quizás sea solo una opinión, que serán mucho menos convenientes y eficaces frente a métodos numéricos.
Pedro Concejero
Data Scientist and Applied Behavioral Research en Telefónica