El objetivo principal de cualquier proceso de selección es contratar al mejor candidato posible. Un proceso efectivo llevará a la empresa a seleccionar al mejor entre los mejores. Estos empleados ideales son conocidos comúnmente como “top performers”.
Los “top performers” son aquellos empleados que destacan, no sólo por cumplir las expectativas, sino por sobrepasarlas. Algunos estudios indican que pueden ser hasta un 85% más productivos que la media (Fuente).
“ Contratar a los mejores empleados supone un proceso complejo, pero vale la pena”
El impacto positivo de estos empleados ideales, es determinante. Por tanto, es muy importante interiorizar algunos de los aspectos clave, para que todo proceso de selección permita identificar a los mejores candidatos.
1. Analizar los mejores empleados existentes en la empresa.
Para hacerse con los mejores candidatos, la empresa tiene que tener claro el perfil que han de cumplir los mismos. Para ello, es necesario partir de un análisis de los mejores empleados con los que ya cuenta la empresa.
A partir de esta observación, la empresa puede determinar qué patrones deben cumplir los futuros empleados. De igual forma, es una herramienta útil para identificar qué equipos de trabajo pueden fortalecerse, o cuáles se alejan de los niveles necesarios.
Preguntas como: ¿qué habilidades y competencias caracterizan a los mejores empleados? ó ¿qué aspectos los diferencian de la media?, son útiles para este análisis.
2. Identificar las características clave de los mejores empleados de la empresa.
Existen una serie de habilidades y competencias comunes que están directamente relacionadas con el buen rendimiento de los trabajadores ideales.
Aunque algunas dependen concretamente de cada puesto específico (habilidades duras), otras muchas son patrones genéricos al buen desempeño de estos empleados top (habilidades blandas). Tales como:
- Planificación y organización.
- Orientación a la calidad y a los resultados.
- Liderazgo y capacidad de decisión.
- Proyección al crecimiento profesional y personal.
- Buena comunicación y actitud receptiva.
- Trabajo en equipo.
- Adaptación rápida a los cambios y anticipación a los imprevistos.
3. Incorporar de forma clara estas habilidades a las descripciones del trabajo.
La descripción de la oferta de trabajo supone la primera herramienta de atracción de los mejores candidatos. Es muy importante que incluya de forma precisa, no sólo las competencias específicas para el puesto, sino el resto de las habilidades personales que se desean.
Hay que prestar especial atención a los parámetros de comunicación empleados en la descripción. El resultado debe ser claro y entendible por los candidatos a los que se dirige.
4. Evaluar y comprobar las habilidades de los empleados.
Un proceso de selección óptimo ha de contar con herramientas que le permitan evaluar y confirmar que las habilidades mencionadas se corresponden con la práctica. Si bien es cierto que las habilidades duras o técnicas son más fáciles de medir, no ocurre lo mismo con el caso de las blandas.
Sin embargo, las habilidades blandas o “soft skills”, constituyen un aspecto determinante a la hora de seleccionar a los mejores candidatos. La mayor parte de los recruiters consideran que casi un 90% de los empleados que fracasan en su puesto, lo hacen por factores directamente relacionados con las competencias.
Por tanto, medir estas competencias antes de contratar a los posibles candidatos, resulta crucial para cualquier empresa.
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Más información: alejandro.domínguez@facthum.com