A menudo las compañías buscan formadores internos que compartan su conocimiento con los demás empleados. Pero, ¿quiénes poseen un buen perfil para ser formadores? El conocimiento sobre una materia no es suficiente para llegar a ser un buen formador. Por ello, debemos buscar a una persona cercana en la relaciones interpersonales que adquiera un rol de mediador y fomente la participación de los asistentes. Asimismo, debe lograr influirles y transmitirles emociones positivas hacia el aprendizaje y la materia en cuestión. Un formador debe contar con habilidades de planificación y estructuración de las ideas para facilitar la interiorización y transferencia de los conocimientos al puesto de trabajo.
Para evaluar las competencias críticas de este puesto, nos debemos fijar en las siguientes escalas de PAPI 3:
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- Rol de líder
- Rol de capacidad de planificación
- Rol de atención a los detalles
- Rol de cordialidad
- Rol de pensamiento teórico
- Rol de facilidad para tomar decisiones
- Rol de dinámica de trabajo
- Rol de optimismo
- Rol de compostura interior
- Necesidad de logro
- Necesidad de influencia
- Necesidad de protagonismo
- Necesidad de pertenecer a grupos
- Necesidad de ser directo
En la rueda de PAPI 3 se observan los rangos óptimos (en verde), límite (en amarillo) y no deseados (en rojo) para alcanzar dicho perfil: