Los test normativos han sido una parte fundamental de la evaluación de recursos humanos durante décadas. Estas pruebas, diseñadas para medir el desempeño de los candidatos en comparación con un grupo de referencia, proporcionan una valiosa información sobre la idoneidad de un candidato para un puesto en particular. En Facthum, creemos que es esencial desmitificar este concepto y entender cómo estos test pueden beneficiar a tu proceso de selección.
¿Qué son los Test Normativos?
En esencia, los test normativos son instrumentos de evaluación que permiten comparar el rendimiento de un candidato con un grupo de referencia o «norma». Esta norma se compone de datos recopilados de otros individuos que han realizado la misma prueba en el pasado. Los resultados se presentan en forma de percentiles, lo que significa que puedes evaluar a un candidato en función de cómo se sitúa en comparación con otros.
Ventajas de los Test Normativos
- Objetividad y Equidad: Los test normativos ofrecen una base objetiva y equitativa para evaluar a los candidatos, ya que se basan en la comparación con un grupo de referencia. Esto reduce el sesgo en la toma de decisiones de selección.
- Selección Basada en Datos: Los datos proporcionados por los test normativos permiten a los reclutadores tomar decisiones más fundamentadas al evaluar a los candidatos. Esto es especialmente valioso cuando se trata de comparar a candidatos con diferentes antecedentes y experiencias.
- Identificación de Talentos: Los test normativos pueden ayudar a identificar candidatos con habilidades excepcionales en áreas específicas, lo como inteligencia, habilidades cognitivas, aptitudes lingüísticas o habilidades técnicas.
- Alineación con Objetivos de la Empresa: Al comprender cómo se sitúan los candidatos en comparación con una norma, puedes seleccionar a aquellos que mejor se ajusten a los objetivos y la cultura de tu empresa.
Cómo Utilizarlos en tu Proceso de Selección
Es importante destacar que los test normativos deben utilizarse junto con otras herramientas de evaluación y no como único criterio de selección. Aquí hay algunos pasos para integrarlos en tu proceso de selección:
- Definir las competencias necesarias: Identifica las competencias clave requeridas para el puesto y selecciona los test normativos adecuados que midan esas competencias.
- Establecer un grupo de referencia: Asegúrate de que la norma utilizada sea relevante para la posición que estás evaluando.
- Interpretación experta: La interpretación de los resultados debe realizarse por profesionales de recursos humanos o psicólogos que comprendan los matices de cada prueba.
A la hora de abordar las diferencias entre herramientas de evaluación, es necesario comenzar estableciendo la distinción entre los test de rendimiento óptimo y de rendimiento típico. En los test de rendimiento óptimo el participante debe obtener la mayor puntuación posible, existiendo respuestas correctas o incorrectas. Como ejemplo de test de rendimiento óptimo podemos citar las pruebas de inteligencia o capacidades cognitivas. En los test de rendimiento típico, en cambio, el evaluado debe dar información acerca de cómo es él en diferentes aspectos, por lo que no existen respuestas correctas o incorrectas. Como ejemplos de este tipo de cuestionarios tenemos los test de personalidad, competencias e incluso clínicos.
Dentro de los test de rendimiento típico, los más empleados son los cuestionarios normativos, en los que el participante evalúa una sola pregunta o ítem en cada ocasión, haciendo un juicio absoluto sobre el grado en el que cada ítem describe su personalidad, actitudes, etc. Los formatos de respuesta pueden ser de opción binaria o categorías ordenadas, donde tendríamos escalas de respuesta sobre el grado de acuerdo (Likert) o sobre la frecuencia.
En los test normativos pueden aparecer respuestas sesgadas cuando el participante tiende a estar de acuerdo tanto con ítems positivos como negativos (aquiescencia) o cuando intenta mostrar una imagen más favorable de sí mismo (deseabilidad social). La mayoría de estos cuestionarios incluyen escalas específicas para evaluar el grado de presencia de dichos sesgos.
Para poder interpretar las puntuaciones de una persona en un test normativo es necesario compararlas con un grupo de referencia o baremo. De esta forma podemos decir si, por ejemplo, un evaluado presenta una extroversión superior a la media, al percentil 80 o a otra persona que haya sido evaluada con el mismo test, obteniendo así información cuantitativa sobre los diferentes aspectos evaluados.
En Facthum, comprendemos la importancia de los test normativos en la evaluación de recursos humanos. Estas herramientas, utilizadas de manera efectiva, pueden ser una parte integral de tu estrategia de selección de personal. ¡No dudes en contactarnos para obtener más información sobre cómo podemos ayudarte a implementarlos de manera efectiva en tu proceso de selección!